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jueves, 4 de noviembre de 2010

Almas amigas


Hace ya seis meses que vivo sola con mi madre. Yo me llamo Victoria Brandon, aunque todos me llaman Viky. Mi madre trabaja en una oficina y casi nunca la veo, aun que eso no me apena mucho. Mi padre trabaja en el extranjero y hace cuatro años que no se nada de el. Yo tengo 14 años y tengo una hermana mayor de 16 a la que hecho mucho de menos.

La internaron en un psicólogo, hace tres meses, por algo que dicen que le paso. Nadie la cree y le dan por loca, pero yo creo que lo que dice es verdad.

Mi hermana y yo siempre nos llevábamos mal e intentábamos picarnos por la cosas, pero por otra parte éramos las mejores amigas. Siempre nos lo contábamos todo.

Flashbacks:
Una tarde  de verano en la que hacia mucho calor, las dos salimos un rato a la calle. Se supone que las dos teníamos que estar juntas, pero quedamos con nuestros respectivos, amigos y a las doce quedábamos, ella y yo, en la puerta de casa para entrar juntas y que nuestra madre no sospechara de que cada una se había ido por su lado. Ella se fue a una casa abandonada a jugar a la tabla güija con sus amigas. Ami no me parecía muy bien que jugaran con esas cosas de los espíritus, pero ella me prometió que no pasaría nada.

Cuando llego la hora de volver a casa no estaba en la puerta. Pasó media hora y seguía sin venir. Decidí llamarla al móvil y no me lo cogía, así que ya preocupada llame a una de sus amigas. Marque su numero y a el segundo pitido me contesto.

- ¿Diga?

- Hola Marta ¿Esta mi hermana contigo?

- Si, después de hacer la güija se desmayo, estamos apunto de llegar a casa, ahora hablamos.- Estaba sollozando. Me colgó.

Mi hermana se había desmallado, le había pasado algo. No podía controlar mis nervios, además mañana el 12 de julio era el cumple de mama y no le haría muy feliz una hija inconsciente. Alos dos minutos el coche del novio de mi hermana, Jorge, doblo la esquina. Jorge llevaba a mi hermana y Marta le seguía por detrás.

-Viky deberíamos llevar a tu hermana a un hospital.

-Espera primero avisaremos a mi madre.- Toque el timbre y subimos todos a casa. Mi madre llamo a una ambulancia y les dio las gracias a Jorge y a Marta por traerla. Mi madre se fue con mi hermana en la ambulancia y yo me fui con Jorge. Mar se disculpo aviso de que se tenía que ir a casa.

- Por favor, avisarme con cualquier noticia.- Marta estaba apunto de llorar, era muy sensible y mi hermana era su mejor amiga.

-Claro que si, no te preocupes.- Se me escapo un sollozo. Yo también estaba apunto de llorar, no soportaría la idea de perder a mi hermana.
-Gracias.- Se marcho en la ambulancia y yo me fui con Jorge al hospital.
Mi hermana estuvo toda la noche sin dar señales de vida, por la mañana se despertó y se levanto como si hubiera tenido una pesadilla. Tenía los ojos en blanco abiertos de par en par, tenia la respiración muy agitada y de repente dijo algo que no entendí.

-         Volûtum.- Cuando dijo eso, se convulsiono. Volvió a la tranquilidad y cerro los ojos. Me abalance sobre ella y la abrace. Ella se hecho a llorar y también me abrazo.
-         Hermana no sabes las cosas tan horribles que he visto
-         Tranquila, ya paso, ahora estamos jutas, ya esta todo bien.
-         No hermana, no esta nada bien, el sigue dentro de mi.
-         ¿Quién?
-         No lo se, según el es un antiguo amigo de la familia de papa y que alguien hizo algo para que pudiera meterse en mi cabeza.
-         ¿Dónde? En la güija?
-         No, no fuimos a la güija al final. Todo eso era una mentira. Fuimos a una discoteca gótica. Era la primera vez que entrábamos allí. Todo estaba bien, pero empecé a escuchar voces  en mi cabeza y luego todo se quedo nubloso. Derepente solo le escuchaba a el, mientras me enseñaba su vida y no podía salir. Era horrible.
Mi madre entro por la puerta y abrazo a mi hermana. Pocas veces demostraba su cariño hacía nosotras y que ahora que ella lo demostraba, fortalecía a mi hermana.

-         Los médicos no saben que te ha pasado cariño. Nos es ni sobredosis de nada, ni tampoco ninguna enfermedad rara. No saben de donde vino tu desmayo.- Mi hermana le contó todo a mi madre, y ella solo le dijo que había sido una pesadilla.
-         De verdad mama, te juro, que no a sido nada de eso. Era real. ¡ESTA DENTRO DE MÍ!
-         No digas tonterías hija, los médicos te van a dar el alta, nos vamos a ir a casa ya.

Todos nos fuimos a casa, Jorge que no pudo ver a mi hermana hasta que mi madre no salió de la sala, estaba muy preocupado por lo que le contó. De momento solo el y yo la creíamos. Le dijimos que no se lo contara a nadie más, solo para prevenir.
Pasaron dos semanas y mi hermana no estaba bien. Por la noche tenia pesadillas y no podía dormir. A veces se levantaba sonámbula, cosa que nunca había hecho, y otras se despertaba gritando. Cuando se levantaba sonámbula, me daba miedo. Sus ojos estaban completamente en blanco y su voz era de hombre.

Ya no hablaba con nadie, solo escasas veces, con Jorge y conmigo. Una mañana cuando mi madre estaba preparando el desayuno, sus ojos se pusieron, como cuando era sonámbula. Dio un grito, o más bien un rugido, y tiro todo lo que había en la mesa al suelo. Me copio del cuello y me levanto del suelo. Me apretaba con mucha fuerza, casi no me dejaba respiración. Aquella no era mi hermana. De su cuerpo salio la voz de un hombre. La voz no me resultaba para nada familiar.

-         Tu me liberaras, ami y a mi familia. Tu familia, los Brandon nos lo deben, hicisteis un juramento.- Le conteste a duras penas, ya que no podía hablar, de lo fuerte que me cogía.
-         No se de que me hablas ni quien eres, pero quiero que salgas de mi hermana. ¡Ahora!- Tal y como dije eso, mi hermana callo al suelo y su cuerpo empezó a convulsionarse.
Mire a mi madre, que lo había visto todo, estaba con la boca abierta totalmente quieta. Yo fui a  ayudar a mi hermana, que en cuanto toque su brazo, deseando que se pusiera bien, dejo de convulsionarse. Me miro con la cara llena da confusión y disculpa, me abrazo y se echo a llorar.

-         Lo siento, no quería hacerte daño lo juro… yo.
-         Tranquila hermana, te creo. Esa no eras tu.- Mi madre no dijo nada. Hizo como si nada hubiera pasado, pero desde aquel día no se acerco más a mi hermana. A las dos semanas, mi hermana estaba encerrada en el psicólogo.  Mi madre no la quería creer y la tomaba por loca. Si mi padre hubiera estado aquí, esto no hubiera pasado.

Fin del  Flashbacks.

Ahora mi madre y yo apenas hablábamos, jamás podría perdonarla, que se comportara así con mi hermana, con su hija. Yo iba a visitar a menudo, siempre que podía. Jorge, a pesar de que mi hermana estuviera encerrada en aquel sitio tan horrible, seguía con ella, dándole todo su apoyo.

Yo estaba investigando, sobre lo que le paso en aquella discoteca. Por ahora la información que saque, era todo normal. Esa misma tarde iba con Jorge a ver a mi hermana, así que por el camino, le preguntaría que paso. Todos los detalles que pudiera darme, cualquier cosa.

Estaba revisando lo que encontré. La discoteca era gótica, porque se construyo bajo un antiguo cementerio. También recogí la información que mi hermana tenia, de esa cosa que estaba dentro de ella. Su familia y la nuestra eran amigos desde hace tiempo. Más bien eran amigos de la familia de mi padre. El apellido de la familia era Márquez.
Por el momento no sabía nada más.

Me dispuse a llamar a mi padre, ya que si esa extraña familia, era amiga de la familia de mi padre, puede que el supiera algo.

-         Hola cielo. ¿Qué tal estas? ¿Y tú hermana? ¿La has visto?
-         Hola, papa. No, no la he visto, iré en un rato, pero quiero saber, si tú sabes algo de una familia, los Márquez.
-         Bueno hija, la verdad es que tu abuelo me hablo de ella. Mas que de ella de una pequeña leyenda, sobre nuestra familia y la suya.
-         ¿Me la podrías contar?
-         Su familia y la nuestra, eran muy amigas, pero algo les pasó y a los Márquez les cayó una maldición y hasta después de unas cuatro o cinco generaciones, sus espíritus no podrían ser liberados. Solo podían ser liberados por nuestra familia. Eso si, solo una persona de la familia salia libre de la maldición, el seria el encargado de asegurarse que las generaciones futuras se ocuparían de que nuestra familia los liberaría.
-         De formas que todo esto le paso a tu tatarabuelo ¿No?
-         Si pequeña, ¿Pero a que viene tanta pregunta?
-         A nada y gracias papa. Adiós.
Ahora muchas cosas más. ¿Y si lo que me había contado mi padre no era una simple leyenda de familia? ¿Podría ser verdad de que todo fuera cierto? En caso de que todo eso fuese cierto un Márquez andaba suelto, por alguna parte y puede que más cerca de lo que yo pensaba.

Por fin estaba otra vez con mi hermana. Le conté de todo lo que me había enterado. Ella y Jorge se quedaron pensando. Había un silencio sepulcral, que me estaba poniendo nerviosa. Jorge fue el primero el hablar.

-         Entonces ahora hay que descubrir como liberar a las almas y dejarlas libres ¿No?
-         Si, pero ¿Cómo?- Pregunto mi hermana.
-         No se, quizás podrías intentar comunicarte con el.
-         No creo que pueda, seria muy difícil para mí. Es horrible cada vez lo veo y yo…- Estaba apunto de llorar.
-         Tranquila hermana, encontraremos otra forma.
-         Quizás si encontramos a ese Márquez, el sepa como hacer libres las almas.- Comento Jorge
-         Tienes razón, pero será como buscar una aguja en un pajar.

Me despedí de mi hermana y la deja con Su novio a solas.
Pasaron unos días, mientras el novio de mi hermana y yo buscábamos una aguja en un pajar. Después de buscar y buscar, encontramos que en nuestro instituto, en un curso mayor que el mío, había alguien apellidado Márquez. Miramos su ficha  fijándonos muy bien la foto.

-         Yo ya he visto a este chico, me lo cruzo muchas veces, incluso a veces viene con nosotros.
-         Entonces lo conoces- Afirmo.
-         Si, iré a hablar con el ahora mismo.- Estuve buscando por dos horas en el instituto, pero no lo encontré. Seguía buscando cuando alguien me vino por detrás y me pego un susto de muerte. Me gire sobresaltada.
-         ¡Márquez!- Exclame
-         Bueno ese es mi apellido. Me llamo Darius. ¿Tú eres Viky no?
-         Si, claro. Precisamente a ti te estaba buscando. ¿Tú sabes lo que le ha pasado a mi hermana?
-         Si, creo que se mucho mejor que tu lo que le pasa, yo también te buscaba por eso.- Por su respuesta, supuse que ya sabia toda la leyenda, de forma que fui directa al grano.
-         Necesito saber como liberar a las almas.- Parecía confuso, quizás no sabia nada. En ese caso a la que iban a tomar por loca seria a mí.
-         ¿Cómo sabes eso? Lo de liberar las almas, quiero decir.
-         Investigando, lo que le pasaba a mi hermana no era normal. Pero dime ¿sabes como liberarlas?
-         Es muy sencillo, solo tienes que ir al cementerio y pronunciar estas palabras “La maldición se ha terminado, ya podéis ser libres queridos amigos” Pero tienes que darte prisa, si no lo haces pronto,  las almas, se irán metiendo el los cuerpos de tu familia y las ira matando poco a poco.
-         ¿Qué? Yo, yo no sabia eso.- No podía ser, mi hermana se esta muriendo y yo sin poder hacer nada.
-         Pues ahora ya lo sabes, si quieres yo te acompaño. Me acabo de enterar de lo que le paso a tu hermana, si no te hubiera avisado antes. La verdad es que os estaba buscando.
-         No pasa nada, pero venga corre, no hay que perder tiempo.
-         En eso tienes razón, el alma de mi antepasado lleva mucho tiempo en el cuerpo de tu hermana, no creo que le quede mucho.
-         No eso no puede ser.- Estaba apunto de llorar.- ¿Pero por que la mata? Se supone que las familias son amigas.
-         No es que la quiera matar adrede. Pero hay dos almas en un mismo cuerpo. Poco a poco el alma de mi antepasado esta echando a el alma de tu hermana de su cuerpo y un cuerpo no puede sobrevivir sin su alma.- Llegamos lo antes que pudimos. Estuvo sonando el móvil desde hace un rato, pero no podía perder el tiempo, así que no le hice caso. Cuando llegamos a la puerta de la discoteca, dije las palabras que me dijo Darius.
-         La maldición se ha terminado, ya podéis ser libres queridos amigos.- Note un pequeño remolino a nuestro alrededor. En cuanto termino, mi móvil volvió a sonar. Mire quien era, mi madre. Descolgué, estaba llorando.
-         Tu hermana a fallecido.- El mundo se me vino abajo, no podía creerlo. Llegue tarde. No escuche nada mas, mi mente se cerró y note como caí al suelo.

Una semana más tarde:

Mi hermana había fallecido, nadie excepto Jorge, Darius y yo. Mi padre vino para el entierro de mi hermana. Solo se pudo quedar un día, ya que tenía que coger un avión, pero no me atreví a decirle la verdad. Mi madre decía que era mejor así, de esa forma no se tendría que quedar toda su vida en un loquero.

Mi vida continua, sin mí querida hermana a mi lado. Solo me quedaba la esperanza de que algún día nuestras almas volvieran a encontrarse. Darius y yo nos unimos mucho desde la tragedia de mi hermana. Todo continuaba, mientras yo solo intentaba disfrutar de esta vida, esperando volver a encontrarme con mi mejor amiga y hermana.

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